Un investigador argentino ganó el "Óscar verde" por preservar una especie de rana en peligro de extinción

Este galardón internacional, otorgado por la Royal Geographical Society en Londres, destaca el trabajo de conservación de la vida silvestre en países con alta biodiversidad y reconoce proyectos que benefician tanto a los ecosistemas como a las comunidades locales.

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Imagen de la Ranita del Valcheta (Pleurodema somuncurense). (Wikipedia)

Federico Kacoliris, investigador del CONICET La Plata, acaba de recibir el Premio Whitley 2025, conocido popularmente como el "Óscar Verde" por su trabajo en la conservación de una rana en peligro de extinción.

La Ranita del Valcheta (Pleurodema somuncurense) es una especie de anfibio endémica del arroyo Valcheta, ubicado en la meseta de Somuncurá, en la Patagonia argentina, y que se encuentra en peligro crítico de extinción.

Los premios Whitley se entregan anualmente y están destinados a conservacionistas que trabajan en la protección de especies amenazadas en regiones ricas en biodiversidad. Además del reconocimiento, el premio incluye recursos financieros que permiten a los ganadores llevar a cabo proyectos basados en el conocimiento científico y el trabajo comunitario, con el objetivo de lograr beneficios duraderos para los paisajes y las personas.

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El reconocimiento no solo aporta visibilidad internacional, sino también financiamiento y a una red de expertos. Esto permitirá a Kacoliris y su equipo profundizar en la conservación de la Ranita del Valcheta (Pleurodema somuncurense), una especie endémica del arroyo Valcheta, en la meseta de Somuncurá, Río Negro. La rana se encuentra en peligro crítico de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), y su hábitat ha sido reducido por el sobrepastoreo y la invasión de truchas arcoíris.

El Premio Whitley, entregado por la Princesa Real Ana del Reino Unido, reconoce el impacto ambiental del proyecto de Kacoliris y su enfoque comunitario, que involucra a los habitantes locales en actividades de concientización, restauración de hábitats y reducción de amenazas.

El trabajo de Kacoliris comenzó hace más de una década, cuando en 2012 inició estudios de campo para comprender mejor la ecología de esta rana única. Dos años después, en 2014, junto a su equipo del CONICET y la Universidad Nacional de La Plata creó el primer centro de rescate de la especie, un laboratorio que recrea su hábitat natural. Gracias a este centro, se estableció una colonia que se convirtió en el núcleo de una estrategia de reproducción y reintroducción.

El proyecto forma parte del Programa CURURU, que impulsa la conservación de todas las especies de anfibios que habitan en Argentina. Desde entonces, el equipo ha trabajado en la creación de hábitats seguros para la ranita, desarrollando estrategias de restauración ecológica y trabajando junto a las comunidades locales para asegurar la continuidad del proyecto.

Resultados visibles y esperanza de futuro

Gracias a estos esfuerzos, el proyecto logró expandir en un 15 % el hábitat de la ranita, sumando 1.400 km² de territorio restaurado con poblaciones más sanas y densas. Además, la iniciativa tiene un fuerte componente comunitario, involucrando a las poblaciones locales en la restauración de hábitats y la reducción de amenazas ambientales. El Ecoparque de Buenos Aires, en colaboración con la Secretaría de Ambiente de Río Negro, ha liberado hasta ahora 2.580 ranitas en su hábitat natural, lo que representa un hito importante en la conservación de la especie.

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Según el Whitley Fund for Nature (WFN), que organiza los premios, "este científico conservacionista ha logrado traer de vuelta a esta especie del borde de la extinción como parte de un programa destinado a proteger especies nativas de la vasta meseta volcánica de Somuncurá". También destacaron el enfoque comunitario del proyecto, que logró restaurar el hábitat de la rana y crear conciencia ambiental en la región.

Con el premio Whitley, Federico y su equipo se proponen:

  • Restaurar el 20 % de las cabeceras del arroyo Valcheta, de 17 a 22 km, como hábitat adecuado para especies en peligro de extinción.
  • Crear santuarios en ocho fuentes termales reproductivas clave para las especies endémicas y en peligro crítico de extinción.
  • Reducir en un 40 % los conflictos por el ganado con depredadores como pumas y zorros en el área del proyecto, de 25 incidentes reportados a 15
  • Aumentar en un 70 % el número de visitantes a la zona y capacitar a diez guías locales profesionales para establecer Chipauquil como un centro de ecoturismo sustentable.

Una rana única en el mundo

La Ranita del Valcheta es una especie micro endémica, lo que significa que su distribución natural se limita a un área muy pequeña: las nacientes del arroyo Valcheta en la meseta de Somuncurá. Se distingue fácilmente por la estructura del iris y por la brillante línea dorada que atraviesa el medio de su dorso. Las hembras miden entre 30 y 44 mm y son más grandes que los machos (de entre 28 a 35 mm). Es de color pardo-amarillento con manchas negruzcas distribuidas en todo el cuerpo.

La Meseta de Somuncura es una planicie de origen volcánico localizada entre las provincias de Río Negro y Chubut, Patagonia Norte. Y el arroyo es de origen termal, por lo que mantienen una temperatura casi constante de 22°C Esta condición particular permitió la evolución de la ranita en este ambiente tan especial. El lugar ha sido reconocido como sitio de gran importancia a escala mundial debido a sus singularidades biológicas, geológicas y culturales.