Seleccionados por un jurado convocado por la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación, recientemente se dieron a conocer los pueblos candidatos para participar de la edición 2025 de “Best Tourism Villages”, la iniciativa global liderada por ONU Turismo que busca descubrir y distinguir a aquellas comunidades ubicadas en entornos rurales. Entre ellos podrían estar las nuevas ubicaciones declaradas entre los mejores pueblos del mundo.
A diferencia de otros rankings y/o galardones turísticos, esta propuesta no premia a los destinos más populares, ni con paisajes imponentes ni mejor infraestructura turística, sino que distingue a aquellos que, mediante el turismo, promueven también desarrollo de la actividad local.
Cabe destacar que, desde la creación de “Best Tourism Villages” en 2021, Argentina ha postulado destinos varios y ha sido distinguida en varias ocasiones por ONU Turismo: atractivos como Trevelin (Chubut), La Carolina (San Luis), Caviahue-Copahue (Neuquén), Villa Tulumba (Córdoba), Caspalá (Jujuy) y Gaiman (Chubut) ya han sido reconocidos por su compromiso con un modelo de turismo que pone en valor a las comunidades.
Según ha trascendido, los resultados finales de la edición 2025 de esta competencia se darán a conocer a partir del mes de octubre, cuando ONU Turismo anuncie la selección final del total de los pueblos distinguidos a nivel mundial.
Los pueblos candidatos que representarán a Argentina en el marco de Best Tourism Villages 2025 son nada más y nada menos que Maimará (Jujuy), Seclantás (Salta), Colonia Carlos Pellegrini (Corrientes), Villa Elisa (Entre Ríos), Famatina (La Rioja), San Javier y Yacanto (Córdoba), Saldungaray (Buenos Aires) y Uspallata (Mendoza).
A menos de 80 kilómetros de la capital de Jujuy, Maimará se revela como una joya cultural y paisajística en el corazón de la Quebrada de Humahuaca, atractivo natural reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Con unos 3.500 habitantes, este pueblo combina la riqueza de las tradiciones ancestrales con una naturaleza deslumbrante. Por un lado, la Paleta del Pintor, una imponente formación multicolor atravesada por el río Grande, domina el paisaje como una verdadera obra de arte natural; y por otro, a sus pies, los valles fértiles dan vida a cultivos de frutas, hortalizas, flores y viñedos que producen destacados vinos de altura.
Maimará también es cuna de una profunda identidad cultural en el territorio argentino, característica que se expresa con fuerza en celebraciones como la Pachamama y el Carnaval, donde la comunidad honra sus raíces con devoción y alegría.
Este pequeño pueblo de apenas 190 habitantes —y unos 1.000 más en sus alrededores— se encuentra abrazado por las majestuosas cumbres de la Precordillera andina, en pleno corazón de los Valles Calchaquíes. En este rincón de la provincia de Salta, la historia, la cultura y la naturaleza conviven en armonía, ofreciendo una experiencia genuina y profundamente arraigada en el espíritu del noroeste argentino.
Declarado Lugar Histórico Nacional, el pueblo resguarda en sus calles empedradas, iglesias y construcciones coloniales un valioso patrimonio que transporta a visitantes y turistas a otros tiempos. Conocida como la Cuna del Poncho Salteño, la riqueza de esta ubicación no se limita solo a lo arquitectónico: en Seclantás también se celebra una herencia cultural viva, transmitida de generación en generación.
Se trata de una de las puertas de entrada a los Esteros del Iberá: Colonia Carlos Pellegrini se encuentra en el corazón de la provincia con tan solo 1.120 habitantes y, principalmente en los últimos años, se ha transformado en uno de los destinos más representativos del turismo de naturaleza en Argentina.
El impulso turístico de la localidad cobró fuerza a partir de la creación de la Reserva Provincial Iberá, uno de los humedales más grandes del mundo y un emblema de la conservación ambiental en Argentina. Con más de 1.300.000 hectáreas protegidas, el Gran Parque Iberá es hoy un refugio natural de biodiversidad y un destino imperdible para quienes buscan experiencias de ecoturismo en estado puro.
El creciente interés por este entorno privilegiado ha ido acompañado por el desarrollo de una infraestructura turística de calidad, con una oferta cada vez más diversa de alojamientos, desde hosterías boutique hasta posadas rurales, y una gastronomía que pone en valor los sabores locales.
Entre las actividades más destacadas se encuentran las navegaciones por lagunas y esteros, el avistaje de aves —con más de 350 especies registradas— y la observación de fauna emblemática como carpinchos, ciervos de los pantanos, yacarés y, con algo de suerte, el esquivo aguará guazú. Todo enmarcado en paisajes de enorme belleza, donde el silencio, los atardeceres sobre el agua y la inmensidad del horizonte se vuelven protagonistas.
A poco más de 300 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, este destino se perfila como una excelente opción para quienes buscan desconectar de la rutina y reencontrarse con la naturaleza en un entorno sereno y hospitalario. Con una población de alrededor de 14.000 habitantes, ofrece la calma típica de un paisaje rural, sin resignar servicios pensados para el bienestar y la comodidad de quienes lo visitan.
Su mayor atractivo son las reconocidas aguas termales, valoradas tanto por sus propiedades relajantes como terapéuticas. Este recurso natural se integra a una propuesta turística que privilegia el o con el aire libre, el orden y la armonía con el entorno, invitando a disfrutar de una estadía reparadora.
Al pie del imponente Nevado del Famatina, que domina el horizonte y marca la identidad del paisaje, se extiende Famatina, este pueblo de 7.000 habitantes, guardián de un valioso legado histórico, natural y cultural. Entre sus tesoros más destacados se encuentra el paso del Camino del Inca o Qhapaq Ñan, una antigua red vial andina declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, que conecta a la localidad con siglos de historia prehispánica.
Además de su riqueza patrimonial y la belleza de sus escenarios, la zona se distingue por su producción agrícola, especialmente de nogales, viñedos, olivos, frutas y hortalizas, que reflejan la fertilidad de sus tierras y el trabajo de su gente. El entorno, generoso en paisajes y silencio, es también ideal para quienes buscan experiencias al aire libre: montañismo, senderismo y deportes de aventura encuentran aquí un escenario natural privilegiado.
En el corazón de la región de Traslasierra, este encantador pueblo de casi 3.000 habitantes se despliega al pie del cerro Champaquí, la cumbre más alta de Córdoba. Rodeado por un entorno natural privilegiado, conserva el 80 % de su territorio cubierto por bosque nativo, lo que asegura no solo aire puro y vistas imponentes, sino también un fuerte compromiso con la conservación del ambiente.
La localidad invita a vivir una experiencia turística centrada en el bienestar, el descanso y la conexión profunda con la naturaleza. Actividades como el trekking, el enoturismo, el ecoturismo y el turismo rural conforman una propuesta diversa y auténtica, ideal para quienes buscan explorar el paisaje serrano desde una mirada consciente y revitalizante.
A unos 100 kilómetros de Bahía Blanca, en el partido de Tornquist, este pintoresco pueblo de alrededor de 1.300 habitantes luce su ubicación sobre un valle del sistema serrano de Ventania, donde la historia, los paisajes serranos y un valioso patrimonio arquitectónico convergen.
Sus orígenes datan de principios del siglo XIX, cuando se levantó un fortín militar para proteger a los primeros hacendados que se asentaban en la zona. Hoy, ese legado histórico puede conocerse a través de una representación que revive aquellos tiempos.
Además, uno de los grandes atractivos del lugar es su patrimonio arquitectónico, marcado por la impronta del arquitecto Francisco Salamone, quien dejó su sello con varias obras monumentales que aún hoy se destacan en el paisaje local.
Con una población de alrededor de 6.300 habitantes, este pueblo se encuentra en el departamento Las Heras, en el imponente marco de la cordillera de los Andes. Rodeado de majestuosas montañas y verdes oasis, no solo ofrece un paisaje inolvidable, sino que también conserva una historia rica y significativa a lo largo de los siglos.
Su ubicación estratégica lo convierte en la puerta de a algunos de los destinos turísticos más emblemáticos de Mendoza, como el cerro Aconcagua, el centro de esquí Los Penitentes y el icónico Puente del Inca. Además, este pueblo ocupa un lugar destacado en la historia nacional, ya que fue uno de los pasos clave durante el Cruce de los Andes, la histórica campaña liderada por el general San Martín y su ejército libertador.