Hace aproximadamente un millón de años, nuestros antepasados convivían con una serie de animales de grandes proporciones físicas, conocidos como megafauna, entre los que se encontraban, por ejemplo, los tigres dientes de sable, los mamuts y los perezosos gigantes.
Por suerte o por desgracia, estos animales se extinguieron hace mucho tiempo y la evolución llevó a que la mayoría de los animales de la época se redujeran a los tamaños típicos que vemos hoy. Sin embargo, el mecanismo que provocó esta disminución aún no es bien comprendido por la ciencia y desafía la famosa "regla de Cope".
Llamada así en honor de Edward Cope, un paleontólogo del siglo XIX, la regla se refiere a la tendencia de ciertos grupos de animales a evolucionar hacia tamaños corporales mayores con el paso del tiempo. Por ejemplo, los primeros antepasados de los caballos eran pequeños animales del tamaño de un perro, que aumentaron de tamaño con el tiempo evolutivo y se convirtieron en el caballo que conocemos hoy.
Sin embargo, hoy en día hay muchas pruebas fósiles que muestran tendencias diferentes desde esta perspectiva, que van en dirección contraria a la regla de Cope. Es decir, innumerables grupos de animales han reducido su tamaño a lo largo de miles o incluso millones de años. Sin embargo, el mecanismo de esta tendencia contradictoria no ha sido bien comprendido por la ciencia.
Afortunadamente, investigaciones recientes nos acercan a las respuestas a estos enigmas. La nueva investigación, liderada por la Universidad de Reading, propone que la reducción de animales a lo largo del tiempo se debió a dos factores ecológicos fundamentales: la intensidad de la competencia directa por los recursos y el riesgo de extinción.
Los investigadores utilizaron modelos informáticos que simulan la evolución y se dieron cuenta de que, así como intentamos adaptarnos al clima cálido o frío dependiendo de dónde vivamos, el tamaño de los animales puede aumentar o disminuir según las condiciones del entorno en el que viven.
Cuando hay mucha competencia por alimento y refugio, los animales se vuelven más pequeños para adaptarse a la escasez. Por ejemplo, los caballos que vivieron en Alaska durante la Edad del Hielo disminuyeron rápidamente de tamaño debido a cambios repentinos en el clima y la vegetación de la región.
Cuando hay poca competencia y la comida es abundante, el tamaño de los animales tiende a aumentar, aunque el hecho de que sean muy grandes y pocos en número puede hacerlos más vulnerables a la extinción, como ocurrió con los dinosaurios.
Más específicamente, el estudio identificó tres patrones distintos de cambio en el tamaño del cuerpo de los animales durante el período evolutivo:
La investigación abre puertas a una mejor comprensión de la evolución de las especies en nuestro planeta. Y, como estudiar el pasado también implica adentrarse en el futuro, la investigación debería ayudarnos a comprender qué sucederá con la evolución de la especie humana en el futuro.
Referencia de la noticia:
Roy, S., Brännström, Å. & Dieckmann, U. Ecological determinants of Cope’s rule and its inverse. Commun Biol 7, 38 (2024).