Es habitual ver o escuchar hablar sobre cómo los japoneses se quedan dormidos en el metro o mientras realizan alguna actividad cotidiana como estudiar en una biblioteca. Aunque pueda parecernos extraño en esta parte del mundo, allí no lo es, y más aún, está bien visto como un modo de sobrellevar el día a día y ser más productivos.
Los japoneses duermen menos de siete horas cada noche y se vive de un modo distinto la relación con el sueño: se alarga más la etapa en que los bebés duermen con los padres y no se penaliza el dormirse en público. Esto se debe en parte a que está considerado que si eres capaz de dormirte en algunas circunstancias es porque has trabajado duro.
Esta costumbre que empezó a adoptarse en los 60 y se asentó en las siguientes décadas. Hoy en día se ha popularizado bajo el nombre de Inemuri.
No se la considera como una siesta en sí misma, sino que la misma palabra viene de una conjunción que significa estar presente durante el sueño; esto es, una relajación momentánea durante la larga jornada de trabajo que además sirve para aumentar la productividad tras el necesario reseteo del cuerpo.
Esta particular siesta japonesa tiene una serie de características concretas que tiene que cumplir para poder denominarse Inemuri.
Esta práctica es realmente reparadora si necesitas descansar, pero lo ideal y lo más sano sería no tener que llegar a tales niveles de cansancio por los que no te quede otra opción que quedarte dormido.
Según un estudio reciente, publicado en la revista Sleep Health, tomar una siesta diaria de 20 o 30 minutos es bueno para la salud. Más aún, según este estudio, puede hacer incluso que se ralentice el proceso de envejecimiento del cerebro.
En particular, el trabajo sugiere una asociación causal modesta entre las siestas diurnas habituales y un mayor volumen cerebral total.
Por tanto, los investigadores concluyen en el mismo que una siesta corta durante la tarde podría ayudar a los adultos mayores a proteger su salud cerebral.
La siesta tiene una enorme cantidad de beneficios para la salud y, según la Universidad Nacional de Singapur, sus efectos positivos suelen verse a corto plazo.
Entre los múltiples beneficios, se encuentran: