Durante la última semana de mayo, Argentina transita un giro térmico drástico que marca el cierre definitivo del otoño y la llegada anticipada del invierno. La circulación de una masa de aire frío de origen polar avanza con fuerza, dejando a su paso precipitaciones de variada intensidad, como el reciente temporal que afectó al norte santafesino, además de importantes acumulados en el centro del país.
Una vez que finalice el paso del sistema frontal, el aire muy frío se asentará con contundencia, generando un fuerte contraste térmico respecto a lo vivido en la primera mitad del mes. Mayo comenzó con temperaturas inusualmente elevadas, pero hacia el tramo final se prevé un descenso térmico aún más pronunciado que el registrado en semanas anteriores, dando lugar a condiciones plenamente invernales.
#PronósticodelTiempo
— Meteored.com.ar (@MeteoredAR) May 27, 2025
️ Alerta amarilla y naranja por #tormentas fuertes/severas en el centro-este del país y NEA.
Acumulados destacados en cortos periodos y ráfagas de viento, en la antesala de la irrupción del aire #polar.
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Este cambio brusco traerá como consecuencia heladas generalizadas que abarcarán no solo la franja central del país, sino también amplios sectores del norte argentino. Estas condiciones, además de ser un signo claro del ingreso al invierno, tienen especial relevancia para la actividad agropecuaria por su impacto potencial en cultivos sensibles.
Los valores térmicos previstos son llamativos. En la Patagonia, especialmente en zonas del oeste de Santa Cruz y Chubut, se esperan mínimas de hasta -6 °C. Pero lo más destacado es la extensión del frío hacia el centro del país, donde provincias como Mendoza, San Luis, La Pampa y Buenos Aires podrían registrar temperaturas bajo cero.
Incluso zonas del sur de Córdoba y del sur santafesino podrían alcanzar marcas negativas. Este escenario plantea la posibilidad de heladas no solo meteorológicas (con temperaturas bajo cero), sino también heladas agronómicas, que ocurren aunque las temperaturas no desciendan por debajo de 0 °C, pero sí lo suficiente como para afectar el desarrollo de los cultivos.
En este sentido, una de las mayores preocupaciones está centrada en el norte del país, especialmente en las regiones algodoneras. Allí, el cultivo se encuentra en una etapa crítica, y la presencia de heladas podría tener consecuencias perjudiciales en términos productivos.
Este pulso de aire frío no será breve: se espera que las heladas se mantengan al menos hasta el domingo, afectando una amplia zona del territorio nacional durante varios días consecutivos. La duración del evento refuerza su impacto, sobre todo en regiones donde las bajas temperaturas no son habituales en esta época del año.
Hacia el fin de semana, comenzará un lento proceso de recuperación térmica a medida que el viento rote nuevamente al sector norte. Sin embargo, el cambio será progresivo y no alcanzará a revertir completamente las condiciones invernales que ya se habrán instalado con firmeza en buena parte del país.
Con este escenario, se puede anticipar que junio comenzará con una impronta típicamente invernal. El campo, las ciudades y la vida cotidiana deberán adaptarse a este nuevo patrón térmico, que se adelantó con respecto al calendario y marca una transición abrupta hacia el invierno.