Cuando se trata de nutrir las plantas de nuestro jardín, la naturaleza tiene algunas soluciones sorprendentes. Entre ellas, los fertilizantes a base de algas marinas se destacan como una opción sostenible y altamente beneficiosa. No solo mejoran el crecimiento y la resistencia de las plantas, sino que también contribuyen a la salud del suelo y a un sistema agrícola más sostenible.
En el mercado hay una amplia variedad de fertilizantes químicos, conocidos por su bajo costo y facilidad de aplicación. Sin embargo, un uso inadecuado puede generar un alto impacto ambiental, contaminando el suelo y el agua, alterando los ecosistemas y afectando la estructura del suelo. Además, una dosis excesiva puede dañar las plantas, incluso quemando sus raíces.
Las algas marinas son ricas en nutrientes, vitaminas y hormonas que promueven el crecimiento de las plantas de forma equilibrada y saludable.
Aportan macro y micronutrientes esenciales para las plantas. Las algas contienen más de 70 minerales y vitaminas, como calcio, magnesio y potasio, además de fitohormonas que estimulan el desarrollo de hojas, tallos y raíces.
El potasio presente en las algas es un nutriente clave para fortalecer las plantas, ya que mejora su resistencia a temperaturas extremas, sequías, salinidad y enfermedades. Además, contribuye al engrosamiento de las paredes celulares, ayudando a prevenir infecciones. Gracias a sus antioxidantes y reguladores del equilibrio hídrico, las algas permiten que las plantas enfrenten mejor condiciones adversas como heladas y suelos con alta concentración de sal.
Los fertilizantes a base de algas marinas optimizan la estructura del suelo, favoreciendo la retención de humedad y una mejor aireación. Además, estimulan la actividad de microorganismos beneficiosos, lo que aumenta la fertilidad y mejora la absorción de nutrientes por parte de las plantas.
A diferencia de los fertilizantes sintéticos, los de algas marinas son biodegradables, no contaminan el suelo ni el agua y tienen un menor impacto ambiental. Además, al provenir de fuentes naturales, son inofensivas para las plantas, mascotas y los seres humanos.
Los abonos a base de algas marinas son aliados poderosos para potenciar el rendimiento de tus cultivos. Además de estimular el crecimiento, favorecen la aparición de nuevos brotes y flores en las plantas.
Otro beneficio clave es que ayudan a prolongar la vida útil de frutas y verduras. Por ejemplo, al aplicar fertilizante de algas marinas entre 10 y 12 días antes de la cosecha de pepinos, se observó un aumento en el rendimiento de hasta un 40 %.
La elección entre fertilizantes químicos y a base de algas dependerá de tus necesidades y preferencias. Este tipo de producto también tiene algunas contras Por ejemplo, comparados con los fertilizantes químicos, pueden tener una menor concentración de nutrientes, por lo que se pueden requerir aplicaciones más frecuentes. Además, pueden ser más costosos que los fertilizantes químicos y ser menos fáciles de encontrar en tiendas especializadas.
Podés prepararlos en casa de dos maneras: usando harina de algas marinas o algas frescas.
Es muy fácil de preparar. Solo tenés que mezclar harina de algas marinas con agua. La proporción ideal es un cuarto de taza de harina de algas por cada 3,5 litros de agua.
Dejá reposar la mezcla durante dos o tres días, revolviendo todos los días. Al cabo de ese tiempo, tendrás un fertilizante líquido listo para regar tus plantas.
También podés usar algas frescas. Para esto, recogé algas marinas de la playa, enjuagalas bien y dejalas secar al sol.
Luego, mezclalas con materia orgánica, como restos de verduras o hojas secas. Colocá la mezcla en un compostador o recipiente adecuado para dejarla fermentar. Una vez listo, podés utilizarla para aplicar directamente en el jardín.
Este fertilizante es ideal para diversas aplicaciones en el jardín:
Con estos fertilizantes naturales, notarás un cambio increíble en tus plantas, y lo mejor, estarás cuidando el medio ambiente.
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