Argentina atraviesa la peor epidemia de dengue de sus últimos 20 años. En lo que va del 2024, ya se han reportado más de 150 mil casos y 106 muertes, según cifras del Ministerio de Salud.
Factores ambientales como el aumento de las temperaturas y las precipitaciones abundantes de los últimos meses han favorecido la proliferación de los mosquitos. Debido a que el vector de transmisión es la especie Aedes Aegypti, y sus huevos se crían en aguas estancadas, las grandes urbanizaciones devienen en espacios ideales para la propagación de la enfermedad.
Por eso, las autoridades sanitarias insisten en que la principal medida de prevención es el descacharreo:
Es importante estar atentos y eliminar cualquier espacio o recipiente donde pueda acumularse agua, por más pequeño e insólito que sea.
Los principales síntomas de la enfermedad son:
Los síntomas del dengue suelen aparecer, en promedio, entre 4 y 10 días después de la picadura del mosquito infectado. Aunque la mayoría de los casos son asintomáticos, el diagnóstico temprano es fundamental.
Ante la aparición de alguno de estos síntomas, no hay que automedicarse, sino acudir rápidamente a un centro de salud para realizar las pruebas de laboratorio y tomar las medidas necesarias.
Vale recordar que la propagación del virus sucede cuando un mosquito no infectado pica a una persona enferma. Este mosquito transmitirá la enfermedad a otras personas sanas, y la propagación se multiplica.
El Aedes Aegypti es negro, y tiene rayas y manchas blancas en el cuerpo y las patas. Es más frecuente que pique durante la mañana y antes de que oscurezca. Vuelan a baja altura, y se sienten atraídos por tobillos y pies. Por esta razón difícilmente escuchamos un zumbido.
Entre las herramientas más efectivas se encuentran:
Insecticidas: es importante aplicar insecticidas en el interior y exterior de las viviendas para eliminar los mosquitos adultos y sus larvas. La fumigación en áreas urbanas y periurbanas también puede ser necesaria para reducir la población de mosquitos.
Repelentes: los mosquitos se guían por el olfato. Tanto el dióxido de carbono que los humanos exhalan en la respiración, como el ácido láctico que se libera en la transpiración son imanes para los mosquitos. El repelente no mata al mosquito, sólo engaña a su olfato para que no se acerque.
Mosquiteros: instalar mosquitos en puertas y ventanas para evitar el de los mosquitos, es una medida eficaz, aunque muchas veces poco accesible debido a sus costos. Además, coloque redes o tules sobre cunas o cochecitos de bebés.
Citronela: el aceite de citronela se obtiene de la planta del mismo nombre y tiene propiedades repelentes contra algunos insectos. Pero hay que considerar que los repelentes que contienen citronela son menos efectivos que los que tienen DEET por lo que se desaconseja su uso.
Descacharreo: la medida más importante, mencionada también arriba. Elimine los criaderos de mosquitos, como neumáticos viejos, recipientes de plástico, botellas y latas.
Combatir el dengue requiere una estrategia integral que incluya medidas de prevención y control, y la atención de todos.