Los pingüinos son aves marinas, y aunque parezca contradictorio no vuelan. Es una especie muy importante para la biodiversidad y los océanos, que lamentablemente están expuestos a graves amenazas para su supervivencia, tanto en el mar como en la tierra. Es por eso que cada 20 de enero se conmemora el Día Internacional de la Concientización por los Pingüinos.
A diferencia de otros tiempos, en que eran perseguidos y cazados, hoy los pingüinos son estudiados y protegidos por las leyes internacionales de preservación del medio ambiente.
De las 18 especies y 6 géneros que existen, una buena parte (seis) habitan en la Antártida Argentina, son: adelia, barbijo, papúa, emperador, rey y macaroni.
Pero, los pingüinos no viven solo en la Antártida, se encuentran principalmente también en la costa de argentina, sur de: Australia, Sudáfrica, Chile, Perú y las Islas Galápagos. El pingüino de Magallanes habita en la costa Argentina, y la colonia más numerosa del mundo se encuentra en Punta Tombo, Chubut.
Los pingüinos viven un 70% de su vida dentro en los océanos, en particular en el hemisferio sur. Como ya dijimos, son aves no voladoras que se desplazan lentamente sobre tierra, pero bucean de maravilla, ya que han adaptado sus alas para tal fin, se han convertido en aletas con huesos fuertemente comprimidos y articulaciones rígidas.
Sus plumas son impermeables, mucho mejor que cualquier neopreno de los trajes de buceo, eso evita que se hundan al nadar y ayudan a regular la temperatura corporal. Retienen la mayor parte de su calor corporal y esta adaptación les permite habitar las regiones más frías del mundo. Su plumaje consta de tres capas y poseen una capa de grasa bajo la piel.
La velocidad de nado de los pingüinos oscila entre 5 y 10 km/h, aunque en ocasiones son capaces de nadar a velocidades de hasta 60 km/h. El tiempo de inmersión aumenta en base al tamaño de la especie, pueden llegar a los dieciocho minutos, en el caso del pingüino emperador.
Son aves gregarias y, tanto en mar como en tierra, siempre se mueven en bandadas. En las pobladas y ruidosas colonias, se los ve caminar erguidos con un balanceo causado por sus patas cortas.
En la época de apareamiento se reúnen en grandes colonias para reproducirse. Eligen los mismos lugares que sus predecesores, a veces situados a varios kilómetros del océano. Tienen una sola pareja por etapa de reproducción. Para anidar pueden usar madrigueras o huecos en la roca, o directamente pueden hacerlo a cielo abierto, sobre las piedras, dependiendo de la especie.
Tanto la hembra como el macho incuban y alimentan a los polluelos, se turnan para cuidar el nido e ir a buscar el alimento que luego regurgitan de su estómago en el pico de su cría. Su dieta está compuesta principalmente de peces, pero también puede incluir crustáceos como el kril y cefalópodos como el calamar.
Antártida, también llamado “el continente blanco”, se caracteriza por un clima muy frío, seco y ventoso. Allí se ha registrado la temperatura más baja del planeta Tierra: -89.2 °C, en la estación de Vostok en 1983, según el registro oficial que mantiene la Organización Meteorológica Mundial, pero es muy probable que en alguna otra porción del continente se hayan alcanzado valores inferiores sin ser medidos.
La región antártica es extremadamente ventosa y el aire es sumamente seco. Casi nunca llueve, las precipitaciones que caen son en forma de hielo o nieve, que terminan por cubrir el 98% de la superficie del continente, y allí se almacena el 90% del agua dulce del planeta. En contadas ocasiones puede caer precipitación en forma de lluvias solo muy cerca de la costa o sobre el mar.
La porción del continente que comprende la Antártida Argentina va desde el polo sur hasta el paralelo 60° S, y entre los meridianos 74° W y 25° W. No puede decirse en verdad que en este sitio hay verano, pues sólo en muy excepcionales circunstancias la temperatura llega por pocas horas a ser superior a los 0º C, y lo hace sobre todo en la zona de la península, justamente por estar rodeada de mar.
Así de hostil como se lo describe, este es el lugar predilecto para las colonias de pingüinos, pero no es el único. Estas son las especies del lugar:
La Reserva Natural Punta Tombo se encuentra en la costa de la provincia de Chubut, República Argentina, y allí existe la colonia más grande del mundo de pingüinos de Magallanes. En ese lugar con vistas panorámicas al Mar Argentino, se puede encontrar hasta un millón de individuos durante el periodo de reproducción, que comienza en septiembre y finaliza en abril, cuando sus crías alcanzan la madurez.
El pingüino de Magallanes: mide entre 60 y 75 cm de altura y pesa alrededor de 3 kg. Su cabeza es negra con una franja blanca que parte del ojo, rodea los oídos y la barbilla, para juntarse en la garganta. Esta especie anida en terrenos blandos cercanos a la costa, donde madre y padre se turnan para empollar los huevos y buscar alimento. Las crías alcanzan la madurez a los 90 días.
Punta Tombo en la principal colonia a nivel mundial, pero existen otras colonias que se encuentran principalmente en la costa de la Patagonia Argentina, bañadas por las aguas del Atlántico Sur. En Chubut sumamos a: Península Valdés y Cabo Dos Bahías; y en la provincia de Santa Cruz a: Puerto Deseado, parque nacional Monte León, Cabo Vírgenes, Cabo Guardián y Puerto San Julián.