Hasta diez millones de personas podrían morir anualmente de aquí a 2050 debido a la resistencia a los medicamentos que han desarrollado algunas bacterias y otros microbios, según afirma el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en un informe presentado el martes 7 en Bridgetown (Barbados).
El PNUMA también pide que se refuercen las medidas para reducir la aparición, transmisión y propagación de "superbacterias" (cepas de bacterias que se han hecho resistentes a todos los antibióticos conocidos) y otros casos de antimicrobianos, que ya se están cobrando un grave tributo en la salud humana, animal y vegetal.
El creciente uso y abuso de antimicrobianos (bacterias, virus, hongos y parásitos que dejan de responder a los medicamentos) y otros factores de estrés microbiano (por ejemplo, la presencia de metales pesados y otros contaminantes) crean condiciones favorables para que los microorganismos desarrollen resistencia.
Esto, a su vez, plantea graves amenazas para la salud humana, animal, vegetal y medioambiental, la inocuidad de los alimentos, la seguridad alimentaria y la prevención, preparación y respuesta ante pandemias, asegura la ONU.
Los sectores farmacéutico, agrícola y sanitario son los principales impulsores del desarrollo y la propagación de los antimicrobianos en el medio ambiente, junto con los contaminantes procedentes de sistemas deficientes de saneamiento, alcantarillado y residuos municipales.
Los antimicrobianos y las superbacterias también afectan a la economía y se espera que causen una caída del Producto Interior Bruto (PIB) de al menos 3,4 billones de dólares anuales para finales de la década, empujando a unos 24 millones de personas a la pobreza extrema.
"La contaminación del aire, el suelo y los cursos de agua socava el derecho humano a un medio ambiente limpio y sano. Los mismos factores que provocan la degradación del medio ambiente están agravando el problema de la resistencia a los antimicrobianos. Los efectos de la resistencia de los antimicrobianos podrían destruir nuestra salud y nuestros sistemas alimentarios", advirtió.
Hacer frente a los antimicrobianos requiere una respuesta multisectorial que reconozca que la salud de las personas, los animales, las plantas y el medio ambiente están estrechamente relacionados y son interdependientes, indicó la ONU.
El documento contiene medidas para hacer frente tanto al deterioro del entorno natural como al aumento de la resistencia a los antibióticos, centrándose en abordar las principales fuentes de contaminación derivadas de un saneamiento deficiente, las aguas residuales y los residuos comunitarios y municipales. Entre ellas, se destacan: