El volcán Etna entró en erupción el domingo 14 por la noche, arrojando lava y ceniza sobre la isla mediterránea de Sicilia, en Italia. El flujo de lava disminuyó antes del amanecer del lunes, pero la ceniza seguía saliendo de uno de los cráteres.
El fenómeno natural obligó al cierre del aeropuerto, al menos hasta este martes, en plena temporada alta de turismo. En 2022, unos 10 millones de pasajeros transitaron por el aeropuerto internacional de Catania, que cubre la parte oriental de Sicilia, uno de los destinos turísticos más populares de Italia.
El alcalde de Catania, Enrico Trantino, "prohíbe en las próximas 48 horas la circulación de vehículos de dos ruedas, bicicletas y motocicletas, debido a que múltiples partes de la ciudad están cubiertas de una capa de ceniza volcánica", indicó la municipalidad en su web.
El volcán Etna, de alrededor de 3357 metros de altura aunque variable debido a las constantes erupciones en los últimos 500 mil años, es considerado como el más activo de Europa. La última gran erupción del Etna data de 1992, y el último episodio fue en el mes de mayo de este año.
La erupción se detectó la semana pasada cuando el Etna emitió anillos de gas. El fenómeno, extremadamente raro, se produce cuando las burbujas de gas son empujadas cientos de metros en el aire a través de un estrecho conducto del volcán, lo que hace que los márgenes de la bocanada de gas giren y adopten forma de anillo.