El clima volvió a poner en jaque a la producción: soja demorada y trigo en riesgo en las zonas con exceso hídrico

Las precipitaciones récord de mayo en el noreste bonaerense y el estado de saturación de suelos generan demoras y pérdidas en la cosecha gruesa y condicionan la próxima campaña fina.

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Lote con soja tardía en etapa reproductiva, R8 (madurez plena), buen estado, en el noreste del departamento Vera, provincia de Santa Fe (Gentileza Bolsa de Comercio de Santa Fe)

Las lluvias de mayo marcaron un nuevo hito en el historial climático de la región núcleo. Entre 200 y 500 milímetros se acumularon en vastas zonas del noreste bonaerense, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), provocando excesos hídricos que paralizaron la cosecha de soja de segunda y complicaron la planificación de la siembra triguera.

El último reporte agrícola difundido por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BdeC) confirma que, durante la última semana de mayo, el 40 % del área agrícola nacional registró suelos saturados o con excesos de humedad. Los departamentos más afectados se concentran en el norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe y Entre Ríos, con registros pluviométricos muy por encima de la media histórica.

Mientras tanto, las condiciones meteorológicas para los primeros días de junio anticipan heladas y estabilidad, sin lluvias hasta el miércoles 4, lo cual podría ofrecer una ventana de respiro para las tareas agrícolas. Sin embargo, los daños ya están hechos: las pérdidas por soja no recolectada se acumulan y la implantación temprana del trigo está seriamente comprometida en varias subzonas clave del país.

Soja en terreno complicado

El temporal de mayo llegó en el peor momento para los productores que aún esperaban levantar la soja de segunda, sobre todo en zonas como Baradero, Chacabuco y Pergamino, donde aún faltaba recolectar hasta el 50 % del área implantada. Las lluvias no solo impidieron el ingreso de maquinaria, sino que causaron vuelco de plantas, brotado de granos y pérdida de calidad comercial.

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Lote con soja tardía en etapa reproductiva, R8 (madurez plena), muy buen estado, en el centro norte del departamento General Obligado, provincia de Santa Fe (Gentileza Bolsa de Comercio de Santa Fe)

Según los técnicos de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR, “las lluvias cayeron sobre lotes ya maduros o a punto de cosecharse. Los retrasos provocan pérdida directa de rinde y calidad, y en muchos casos la soja se transforma en pérdida total si no se puede recolectar a tiempo”.

En paralelo, el informe de la BdeC alerta que, a nivel país, aún restan recolectar más de 4 millones de hectáreas de soja, con el 57 % del área de soja de segunda todavía pendiente de trilla. El clima adverso genera un retraso de 10 puntos porcentuales respecto al promedio de las últimas campañas.

Además, en regiones como el centro-norte santafesino y el este cordobés, los suelos continúan saturados, afectando también al maíz tardío. Allí, se observan anegamientos parciales y dificultades logísticas para el avance de las labores de cosecha y transporte.

Trigo: el exceso de agua recorta la ventana de siembra

La campaña de trigo 2025/26 se presentaba con buenas perspectivas tras la recarga hídrica acumulada entre marzo y abril. Sin embargo, el exceso de lluvias de mayo modificó ese escenario, sobre todo en la franja norte de Buenos Aires, donde ya debería haberse iniciado la siembra temprana con variedades de ciclo largo.

Según el último relevamiento de la GEA, el 20 % del trigo de la región núcleo se siembra justamente en esta subzona afectada, lo que implica un impacto significativo en la estimación inicial de superficie. Las labores de implantación prácticamente no comenzaron en muchos lotes debido a la saturación total de los perfiles.

El ingeniero agrónomo Cristian Russo, jefe de la GEA, advirtió que “si no se logra sembrar en los primeros días de junio, se pierde la chance de usar variedades de ciclo largo, lo que obliga a cambiar la estrategia y acorta el margen agronómico”. Esto podría derivar en menores rendimientos potenciales hacia fin de año.

Qué esperar para junio en la zonas productivas

La transición climática hacia junio se caracteriza por temperaturas mínimas que oscilarán entre los -2 °C y 0 °C, con heladas de intensidad variable en casi toda la región pampeana. La atmósfera se mantendrá estable durante la primera semana del mes, sin pronóstico de lluvias, según el reporte semanal de la Bolsa de Cereales.

Esta pausa climática permitirá retomar parcialmente la cosecha de soja en zonas menos comprometidas y comenzar, donde se pueda, con las primeras implantaciones trigueras. Sin embargo, los suelos con excesos seguirán representando una barrera operativa para muchas chacras, que podrían verse obligadas a reducir área sembrada o cambiar el esquema varietal.

La BdeC advirtió que, a pesar del freno a las lluvias, los suelos seguirán cargados por varios días más, especialmente en ambientes de baja permeabilidad. El riesgo de anoxia radicular en lotes con cultivos aún de pie, y la dificultad para ingresar con maquinaria pesada, mantendrán la producción bajo presión.