El Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo es un evento que se celebra cada 10 de noviembre en todo el mundo desde el año 2002, para recordar el compromiso asumido en la Conferencia Mundial sobre la Ciencia, que se celebró en Budapest en 1999, bajo el auspicio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Consejo Internacional para la Ciencia (CIC).
Los objetivos principales que busca la celebración de este día son:
Es decir, que todos los países trabajen en conjunto para hacer de la ciencia un medio que ayude a las naciones a desarrollarse y a garantizar la paz. Para conseguirlo, es necesario que el conocimiento científico se oriente para atender las necesidades humanas, el medio ambiente, el desarrollo sostenible, la enseñanza científica y poner la ciencia al servicio de la paz y la solución de problemas.
Como ejemplo latente, hemos podido ver que con motivo de la pandemia se ha comprobado que la ciencia asociada a la tecnología, ha salvado la vida a millones de personas que se han inmunizado con las vacunas. Además, la colaboración ciencia-tecnología es la única que puede resolver el grave problema del cambio climático, que se discute por estos días en la COP26 de Glasgow.
Desde su proclamación por la UNESCO en 2001, el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo ha generado muchos proyectos, programas y fondos concretos para la ciencia en todo el mundo, contribuyendo a fomentar la cooperación entre científicos que viven en regiones marcadas por conflictos, como por ejemplo la creación de la Organización de la Ciencia Israelí-Palestina (IPSO), apoyada por la UNESCO.
Este día además, la ONU invita a los estados , a las distintas organizaciones, asociaciones y particulares pertinentes, a realizar actividades que promuevan el estudio y la difusión de información sobre los vínculos entre el progreso científico-tecnológico y el mantenimiento de la paz y la seguridad.
No podemos olvidar que la ciencia cumple un rol fundamental ya que es la herramienta que el ser humano ha creado tanto para comprender el mundo que le rodea, como para aplicar esos conocimientos en su beneficio.
Los avances futuros permitirán hallar soluciones a los nuevos desafíos económicos, sociales y medioambientales con los que construir un planeta sostenible. La ciencia tiene, además, un papel en la construcción de la paz al fomentar la cooperación internacional para alcanzar el desarrollo sostenible.
Por lo que acercar la ciencia a la sociedad es fundamental para que la ciudadanía tenga los conocimientos necesarios y, de esta forma, puedan elegir sus opciones profesionales, personales y políticas. Además, sirve para atraer a las personas hacia el apasionante mundo de la investigación.
En este contexto, cada año, el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo promueve que los ciudadanos estén informados sobre los avances científicos, creando sociedades más sostenibles y favoreciendo la comprensión sobre la fragilidad del planeta en el que vivimos.
El Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo es un evento que se celebra cada 10 de noviembre en todo el mundo desde el año 2002, para recordar el compromiso asumido en la Conferencia Mundial sobre la Ciencia, que se celebró en Budapest en 1999, bajo el auspicio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Consejo Internacional para la Ciencia (CIC).
Los objetivos principales que busca la celebración de este día son:
Es decir, que todos los países trabajen en conjunto para hacer de la ciencia un medio que ayude a las naciones a desarrollarse y a garantizar la paz. Para conseguirlo, es necesario que el conocimiento científico se oriente para atender las necesidades humanas, el medio ambiente, el desarrollo sostenible, la enseñanza científica y poner la ciencia al servicio de la paz y la solución de problemas.
Como ejemplo latente, hemos podido ver que con motivo de la pandemia se ha comprobado que la ciencia asociada a la tecnología, ha salvado la vida a millones de personas que se han inmunizado con las vacunas. Además, la colaboración ciencia-tecnología es la única que puede resolver el grave problema del cambio climático, que se discute por estos días en la COP26 de Glasgow.
Desde su proclamación por la UNESCO en 2001, el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo ha generado muchos proyectos, programas y fondos concretos para la ciencia en todo el mundo, contribuyendo a fomentar la cooperación entre científicos que viven en regiones marcadas por conflictos, como por ejemplo la creación de la Organización de la Ciencia Israelí-Palestina (IPSO), apoyada por la UNESCO.
Este día además, la ONU invita a los estados , a las distintas organizaciones, asociaciones y particulares pertinentes, a realizar actividades que promuevan el estudio y la difusión de información sobre los vínculos entre el progreso científico-tecnológico y el mantenimiento de la paz y la seguridad.
No podemos olvidar que la ciencia cumple un rol fundamental ya que es la herramienta que el ser humano ha creado tanto para comprender el mundo que le rodea, como para aplicar esos conocimientos en su beneficio.
Los avances futuros permitirán hallar soluciones a los nuevos desafíos económicos, sociales y medioambientales con los que construir un planeta sostenible. La ciencia tiene, además, un papel en la construcción de la paz al fomentar la cooperación internacional para alcanzar el desarrollo sostenible.
Por lo que acercar la ciencia a la sociedad es fundamental para que la ciudadanía tenga los conocimientos necesarios y, de esta forma, puedan elegir sus opciones profesionales, personales y políticas. Además, sirve para atraer a las personas hacia el apasionante mundo de la investigación.
En este contexto, cada año, el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo promueve que los ciudadanos estén informados sobre los avances científicos, creando sociedades más sostenibles y favoreciendo la comprensión sobre la fragilidad del planeta en el que vivimos.