Los científicos del mundo golpearon la mesa, tanto así, que confirmaron que la temperatura media del planeta se encamina hacia un alza de 1,5 °C en la década de 2030. Y, es más, este promedio alcanzaría 2,7 °C hacia fines de siglo con consecuencias catastróficas para la biodiversidad sobre la Tierra, incluida la especie causante del calentamiento global acelerado: Los seres humanos.
Los expertos están observando cambios del clima en todas las regiones de la Tierra, según reportó este lunes (9 de agosto) el Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas (ONU). Se trata de modificaciones “sin precedentes en cientos de miles de años”, y, lo peor de todo, “irreversibles”.
El informe advierte que de no tomarse acciones inmediatas a gran escala las metas propuestas por los gobernantes del mundo en el Acuerdo de París estarán “fuera de alcance”. Sólo mediante la realización de recortes profundos en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) se podría detener esta tendencia tan precipitada.
El #IPCC lanzó su último #ClimateReport hoy dia:
— World Meteorological Organization (@WMO) August 9, 2021
Los científicos están observando cambios en el clima de la Tierra en todas las regiones y en todo el sistema climático
Con cada cantidad adicional de calentamiento global, los cambios serán mayores #CambioClimático pic.twitter.com/wIZPnhQWxW
Esta es la primera evaluación del , que reúne a científicos de 195 países del mundo, en que reconoce que es “inequívoco” que los seres humanos somos los causantes de estos “cambios generalizados y rápidos”.
"Este Informe es un código rojo para la humanidad", enfatizó António Guterres, secretario general de la ONU. "Si combinamos fuerzas ahora podemos evitar una catástrofe. Pero, como deja en claro el reporte, no hay tiempo para demoras ni lugar para excusas”, argumentó.
“El calentamiento global incrementará las olas de calor, por lo cual las estaciones cálidas serán más largas y las frías, más breves”, advierte el reporte, lo que tendría consecuencias dramáticas en la producción de alimentos y la salud de las personas.
Todo este escenario acarrea múltiples cambios en indicadores, tales como, humedad, sequedad, vientos, nieve, hielo, temperaturas y océanos.
Si todo este torrente de estudios científicos, si toda la evidencia que día a día nos golpea en la cara, si las consecuencias de la Covid-19, en fin, aún no remecen tu conciencia con respecto a la debacle en que nos encontramos, entonces, ¿qué? ¿Qué hacemos?
Llegó el momento de actuar, ¿cómo? Cambiando nuestros hábitos de consumo excesivo y superfluo y, además, exigiendo de manera pacífica, pero enérgica, un cambio a los tomadores de decisiones (poderes político, económico y social).
Y el instante es ahora, en las vísperas de la Conferencia de las Partes (COP 26) que se concretará en Glasgow, Escocia, durante noviembre. Ahí sabremos cuánto les importa el futuro de la humanidad, y de sus propios hijos y nietos, a los gobernantes del mundo.